El libro de la vida es nuestro para escribir en él

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¿Tienes la sensación de que los días pasan muy rápido? ¿Vas camino a algún lugar y sin que te des cuenta o sin saber cómo has llegado a él? ¿Tienes la impresión de que el tiempo no es suficiente para hacer todo lo que quieres hacer? Si es así, estas líneas son para ti…

Nos mantenemos en el camino con la esperanza de llegar al lugar deseado, nos esforzamos, nos cansamos, retomamos energías y continuamos con nuestra mente puesta solo en la meta, en el objetivo, en nuestro destino, en lo que deseamos suceda algún día.

Pasamos la vida afanados en llegar al final del día, al fin de semana, al fin de quincena, al fin de mes, al fin de año; al comienzo de las vacaciones, a la conclusión de nuestra vida escolar, a la graduación, al inicio de nuestra carrera laboral, a la jubilación; a la primera cita, el primer beso, al noviazgo, a la boda; el inicio o el fin de cada estación; la premier de la película, el final del libro, el último capítulo de la serie de T.V., etc., al final o al inicio de lo que sea, permaneciendo expectantes y aferrados al resultado.

Y mientras tanto olvidamos observar el paisaje, los detalles, los sonidos, los colores; disfrutar el camino, las posibles experiencias  y la presencia de nuestros compañeros de viaje; dejando a un lado nuestro Ser, la felicidad,  el presente y el momento para seguir un guion escrito por otros. Nuestra vida pasa sin darnos cuenta de nada, como si empezáramos a ver una película, nos quedáramos dormidos y abriésemos los ojos en los créditos finales.

El libro de la vida es nuestro para escribir en él, viviendo y disfrutando cada momento, la presencia de alguien especial, una buena conversación, una taza de café, nuestra fruta preferida, la música, el baile, esa actividad que tanto nos gusta hacer, un viaje, sin dejar que el pasado y el futuro se interpongan en ello o que la opinión de los demás nos preocupe.

Cada uno de nosotros es el protagonista de nuestra vida, escribimos nuestra historia cada instante y ello requiere estar atentos, estar presentes con amor, con pasión, con curiosidad, sin expectativas, sin resistencia, simplemente fluyendo con lo que sucede, convencidos de que así como es, todo es perfecto para crecer y aprender de ello.

Dedica unos minutos al día a “no hacer nada” solo observa con detenimiento lo que está a tu alrededor, escucha, percibe los aromas, respira, sin esperar que suceda nada extraordinario, sin querer modificar la experiencia, no hagas nada solo se trata de cultivar tu capacidad de estar presente en el aquí y el ahora.

Si al final de tu vida recibieras un libro con la historia de tu vida, piensa ¿Qué pasajes o experiencias te gustaría que estuvieran escritas en él? ¿Con que detalle te gustaría describirlas? ¿Qué emociones y sentimientos te gustaría revivir al leerlo? ¿Sería un libro interesante, apasionante, inspirador, divertido, etc.? Pregúntate ¿Cómo y qué quieres escribir en él?...

Adriana Gtz. G.

Comentarios

Nunca me he sentado a pensar

Nunca me he sentado a pensar a imaginar lo que es un momento de paz y menos a pensar que es mi vida un libro

Hola Runsvel, muchas gracias

Hola Runsvel, muchas gracias por dejar tu comentario, me alegra el corazón que te agrade el artículo, un abrazosmiley

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